Medias antiembolia o de compresión, ¿para qué sirven?
Las medias de compresión, también llamadas medias antiembolia, aprietan suavemente las piernas de tal forma que promueven el flujo sanguíneo de las extremidades inferiores hacia el corazón. Estas medias ayudan a reducir la acumulación de sangre en las piernas y permiten evitar mareos o caídas al ponerse de pie. Además, reducen la hinchazón por acumulación de líquidos en la parte inferior de las piernas y sirven para prevenir úlceras venosas o el desarrollo de coágulos sanguíneos, especialmente cuando se las usa después de una cirugía o de haber estado inactivo durante un tiempo.
El diseño de estas medias hace que la mayor presión esté alrededor del tobillo y que vaya disminuyendo a medida que la media sube por la pierna. Entre sus beneficios se encuentran:
- Mejoran la circulación. El uso de medias de compresión ayuda a los vasos sanguíneos a regular la presión circulatoria.
- Disminuyen la hinchazón de los pies y los tobillos. La insuficiencia venosa provoca que las venas pierdan elasticidad y se deformen, lo que dificulta el retorno venoso, haciendo que la sangre se acumule en la zona y provoque inflamación en la zona. Las medias consiguen reducir la hinchazón favoreciendo el retorno de la sangre hacia el corazón.
- También contribuyen a reducir el cansancio de las piernas.
- Ayudan a controlar la aparición de varices y arañas vasculares. La aparición de éstas está relacionada con problemas circulatorios que se ven atenuados con el uso de las medias, ya que actúan ejerciendo presión para favorecer la circulación sanguínea.
- Son muy útiles para prevenir la aparición de coágulos de sangre.
Las medias antiembolia no son iguales a los calcetines normales. Por lo general, se prescriben con ciertas especificaciones y requieren que un profesional las mida y pruebe, para que brinden el beneficio terapéutico deseado, con el mínimo riesgo de efectos secundarios.
Aprende a colocártelas
Hay varias maneras de ponerse las medias de compresión: una de ellas implica pasar suavemente por el pie la media extendida y desenrollada hasta cubrir bien el pie y el talón; esto también se puede lograr con la media enrollada o doblada al revés hasta el nivel del tobillo. Luego, se sube el resto de la media por la pierna hasta la altura correcta, alisándola a medida que avanza.
La otra forma, es usar un auxiliar para calcetines, que facilita la colocación de las medias y es particularmente útil cuando existe una afección como la artritis, que hace difícil agarrarlas y subirlas por las piernas.
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